El apego es un vínculo afectivo que se establece desde los primeros momentos de vida entre los padres y el recién nacido.
Nuestra personalidad, la forma de relacionarnos y expresar emociones están relacionadas con el tipo de vínculo que creamos con nuestras figuras de apego en la infancia, es decir, entre los padres o cuidadores y el bebé
Cuando nacemos, somos seres humanos dependientes que necesitamos que alguien nos cuide, enseñe, nos aporte alimento, amor y protección, asegurando así un buen desarrollo
psicológico y la formación de la personalidad. Además, el apego también es el encargado de proporcionar seguridad en situaciones de amenaza.
A través de él, aprendemos a explorar el mundo. Si desarrollamos un apego seguro, el bebé va a conocer el mundo y relacionarse con los demás con la tranquilidad y la seguridad de que sus padres, o las personas con las que se ha vinculado, van a estar ahí para protegerlo ante cualquier peligro. Sin embargo, cuando esto no ocurre y el bebé aprende que el mundo no es un lugar seguro, puede sentir ansiedad, inseguridad o miedo a la hora de explorarlo, influyendo en su interpretación del mundo y la manera de relacionarse con los demás.
Por lo tanto, el bebé se va a comportar de la forma en que reciba el amor y la aceptación que necesita por parte de sus cuidadores. Todas estas formas de comportarse van a formar su estilo de apego, siendo visibles en la etapa adulta en forma de inseguridades o miedos y en la manera que tenga de afrontarlos
Tipos de apego
Existen cuatro tipo de apego, y aunque la mayoría de personas presentan una mezcla de varios tipos, a continuación veremos cómo se manifiestan en la etapa adulta, especialmente con la pareja.
Apego seguro
En una relación, disfruta de la intimidad y la cercanía.
No tiene miedo de que su pareja le abandone.
Siente que su amor es correspondido.
Le gusta compartir tiempo con su pareja y tener tiempo para sí mismo.
En caso de ruptura, es capaz de aceptar la separación aunque le duela.
Apego evitativo
Es una persona distante y fría con miedo al compromiso.
Le cuesta expresar emociones.
Da demasiado valor a su independencia.
La pareja no suele ser su prioridad.
Suele tener relaciones superficiales.
Apego ansioso-ambivalente
Basa su felicidad en la relación.
Tiene miedo a ser abandonado y piensa todo el tiempo en la relación.
Necesita tener siempre a la pareja.
Siente que su pareja no le quiere tanto como debería.
Busca la interpretación de todo lo que hace o dice la pareja.
Apego desorganizado
Tiene relaciones de amor/odio conflictivas y dramáticas.
Es una persona inestable con altibajos emocionales.
A veces parece no haber relación entre lo que siente y su conducta.
Tiene temor a ser abandonado pero le cuesta comprometerse.
La buena noticia es que el estilo de apego se puede cambiar. Las personas pueden aprender las conductas del apego seguro rodeándose de una pareja y otras personas queridas psicológicamente sanas.
En Centro Clínico Uniom tenemos a profesionales esperando para poder ayudarte cuando tú lo necesites
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