Señales de alarma:
¿Has sentido alguna vez que siempre acabas siendo tú el/la culpable de todas las confrontaciones que ocurren dentro de tu relación? ¿Y qué tal te suena eso de ser la persona que “nunca se acaba enterando de nada” o “tiene muy mala memoria” independientemente de la situación? ¿Se te ha castigado con un silencio que parecía interminable simplemente por haberte “equivocado” o mostrado en contra de una decisión tomada por tu pareja? Si al enfrentarte a alguna de estas preguntas has escuchado una voz interior diciéndote que sí, te animo a subirle un poco más el volumen: ella también es válida y está aquí para ayudarte.
Identificar la manipulación o el maltrato psicológico dentro de la pareja no es una tarea fácil, ya que la conexión emocional existente entorpece nuestra capacidad de analizar objetivamente lo que está ocurriendo. Sin embargo, sentir que el comportamiento de tu compañero/a de vida choca brutalmente con tus principios y valores no es mera casualidad. Tampoco la frialdad o falta de empatía con la que puede estar tratando tus emociones. No hay excusas suficientes que justifiquen las conductas descritas a continuación, al igual que tampoco razones para tener que quedarte a soportarlas.

1. Gaslightning o “luz de gas”. El agresor distorsiona la información de tal manera que la pareja acaba dudando de su propia cordura o memoria. Esta táctica de manipulación puede llegar a ser muy convincente pues, aun cuando la víctima dispone de pruebas, el agresor puede llevarla a creer su versión invirtiendo los roles: el culpable se convierte en el afectado, y viceversa.
2. Sexo instrumental. Más que una vía de conexión a nivel físico y emocional, el sexo se utiliza como un mecanismo de control dentro de la relación, adquiriendo el valor de premio o castigo. En este sentido, es habitual que surjan comparaciones de la víctima con otras personas (por ejemplo, exparejas del agresor), así como comentarios hirientes y/o despectivos en relación con el aspecto físico o la disminución de su deseo sexual.
3. Mirroring. Se trata de un estudio completo de la víctima – sus deseos, necesidades, fortalezas y debilidades – con el objetivo final de convertirse en su “alma gemela” y, así, poder manipularla.
4. Ley del hielo. El silencio es utilizado como una forma de castigar a la pareja ante un desencuentro o conflicto. Asimismo, la víctima es evitada o ignorada como si esta no existiese, invalidando sus emociones de forma reiterada.
5. Hoovering o “aspirar”. El agresor intenta recuperar el control emocional sobre la víctima después de haber finalizado la relación. Para ello, suelen recurrir a contactos repentinos después de algunos periodos de ausencia, predominando estrategias como las promesas de cambio y la rememoración de momentos felices. La persona afectada no llega a desvincularse del todo, ya que acaba poniendo su vida “en pausa” por si el otro decide volver.
Romper con estos patrones de manipulación puede suponer un gran esfuerzo, no obstante, ser capaz de identificarlos ya es un gran paso hacia la liberación.
En Centro Clínico Uniom, tenemos profesionales especializados en estos casos que te ayudarán tanto a ti como a tus familiares. No dudes en contactar con nosotros.
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